23 de mayo de 2012

¿Perfección?…¡Imperfección!


Entiendo la perfección como algo abstracto, algo que no podemos determinar por una cantidad. Aunque quizás estaría bien ir a una tienda y pedir 1kg de perfección, pagarlo y de repente ser más perfectos, aunque yo preferiría la tienda de la imperfección, los motivos más adelante se entenderán.

Pero partiendo de la supuesta base de que pudiéramos comprar perfección, que se pudiera cuantificar, yo me pregunto ¿Quién mide esa cantidad? ¿Quién diría esto es 1kg de perfección? ¿Quién establecería esas normas? La respuesta es clara y obvia, NADIE. El porqué también es muy obvio, porque ¿Quién es perfecto? ¿Quién dice esto es perfecto? Nadie puede hacerlo, bueno siempre existen ilusos, por no decir otras palabras, que se definen como perfectos, que ellos son los más guapos, los más listos, los más… pero lo más lógico y real es que todo lo que tienen de más luego lo tienen de menos en muchos otros aspectos, y además esas personas ¿Cómo saben que su belleza (por ejemplo) es perfecta? Pues como es lógico no lo pueden saber porque lo que para uno puede ser perfecto para otro no, y ¿Quién tiene razón? Quizás ambos, porque la perfección la entiende y la define cada uno como quiere.

Además la perfección se entiende como algo insuperable, como algo que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto. Pero, ¿Qué sería de la vida si todos fuéramos perfectos? Seriamos como robots producidos en serie, con algunos “fallitos” (aunque si tienen un solo “fallito” se supone que tampoco serian perfectos) que hacen que unos duren más que otros, pero todos con las mismas cualidades, con la misma esencia. Todos seriamos iguales, todo seria monotonía, seria todo aburrido, como si todo fuera de un mismo color…, ¿Dónde estaría la esencia de la vida misma? No tendríamos una de las cosas más bonitas que es conocer a gente de todo tipo, con diferentes pensamientos y deferentes maneras de ser, porque si fuéramos perfectos ¿De qué hablaríamos? ¿Qué haríamos? Porque todos reaccionaríamos igual y haríamos las mismas cosas… ¿Realmente valdría la pena vivir asi? Yo creo que no.

Hay gente que se empeña o intenta ser perfecta, pero aunque lo llegaran a ser, ¿Cómo sabrían que lo son? Porque como dije lo que para uno seria perfección para otro quizás no. Pero en eso consiste la esencia de la vida, en que no existe un modelo que defina la perfección, sino que cada uno es perfecto a su manera como una suma de imperfecciones que hacen que cada persona sea un mundo para explorar.  Y explorando encontrar las personas que nosotros consideremos como “perfectas” que aunque no lo sean como tales, tienen cualidades que otras personas no tienen y que hacen que para nosotros sean perfectas. Pero esto es asi gracias a la imperfección que hace que cada persona tenga su propia forma de ser. Esta imperfección es la que nos hace que cada día nos esforcemos en aprender de todo lo que nos rodea para asi mejorar tanto como personas como mejorar nuestras cualidades. La imperfección es lo que hace que cada persona tenga su propio encanto, su propia belleza, su propia personalidad. Como se dice para gustos colores, por eso la imperfección de cada persona puede ser la perfección para otra.

A mí personalmente me encanta ser imperfecto y aprender y explorar cada una de las imperfecciones de las otras personas, porque pienso que en la imperfección esta el encanto y la belleza de las cosas. Como se dice para gustos colores, por eso la imperfección de cada persona puede ser la perfección para otra.


Busca la perfección en la imperfección.                                    xDDDDDDDD

13 de mayo de 2012

Cuando...

… la tristeza siempre acaba dando motivos de felicidad J J J
  
Cuando la tristeza me abruma, mi mejor sonrisa sale a relucir porque pase lo que pase me gusta ser feliz, y sobre todo, hacer feliz a los demás.

Quizás no soy la persona más risueña del mundo, quizás no siempre tenga una sonrisa en la cara, quizás no siempre sea alegre, quizás… pero sí que estoy seguro que cuando alguien lo necesita sonrió, que cuando la tristeza me posee intento sonreír porque aunque yo siga triste, se que alguien lo agradecerá. Por eso pienso que pase lo que pase, y este uno como este, hay que sonreír porque sobretodo hay que ver felices a los que nos rodean y hacer lo que sea para que lo sean.

Cuando llueve en mis ojos, todo se vuelve gris y se detiene mi corazón pero cada lágrima que se cruza con mi sonrisa, crea un precioso arcoíris que llena de colores mi vida y crea una inolvidable ilusión, la felicidad.

Por muchos momentos amargos que tenga en la vida, por muchas lagrimas que nublen mi mirada, nunca dejare de sonreír porque siempre hay motivos para hacerlo. Esta vida debemos aprovechar cada momento que tenemos, siempre hay malos momentos, pero para algo existen para aprender de ellos, pero al final acaban triunfando los momentos maravillosos, siempre hay motivos para acabar sonriendo y convirtiendo toda nuestra tristeza en adorable felicidad porque el dolor es temporal pero la felicidad eterna!!

Cuando un barco zarpa pierdo un trocito de mí, de mi alma, de mi corazón, de mi vida pero con cada ola se refresca mi arena o devuelve mi perdida.

Cada momento que algo o alguien deja nuestras vidas, perdemos un trocito de nosotros. Unas veces por unas cosas y otras veces por otras, motivos pueden ser muchísimos pero la tristeza en nuestro interior es la misma porque al fin y al cabo sea por el motivo que sea perdemos una parte de nosotros. Aunque siempre queda consolarse con las reconciliaciones que hacen que cada pérdida sufrida pueda repararse y vuelva los buenos momentos. Otro motivo para consolar la perdida puede ser la llegada de nuevas personas o proyectos a nuestras vidas que refrescan nuestro cuerpo.

Cuando se esconde el sol y todo se vuelve negro, existen preciosas estrellas que iluminan mi camino hasta alcanzar mi destino, la luna llena, llena de paz, tranquilidad y felicidad.

La vida no es solo el día, lleno de luz y de colores, porque por desgracia no todo son buenos momentos, pero siempre que la luz desaparece existen preciosas personas, vivencias de la vida, etc… que crean un hermoso camino que nos permite tocar con los dedos la mayor meta de la vida, ser felices. Ya solo queda que mientras esas preciosas estrellas nos iluminan mientras tocamos la luna, se haga de día y cree un gran arcoíris alrededor de nuestro cuerpo atándonos a la pura y transparente felicidad.


10 de mayo de 2012

Una sonrisa siempre por delante

Esta vida está llena de todo tipo de momentos. Voy a diferenciarlos todos en solamente dos: los buenos y los malos. Sobre todo me centrare en estos últimos porque los buenos momentos todos sabemos sonreír, alegrarnos, disfrutarlos, aprovecharlos, en definitiva ser felices. Pero lo realmente difícil es hacer todas estas cosas tan maravillosas, como es simplemente sonreír, en los malos momentos.

Seguramente en esos malos momentos solo tenemos ganas de llorar, de estar tristes, de agachar la cabeza y mirar al suelo, no tenemos ganas de nada, solamente ganas de que pase el tiempo y así que nuestra cabeza olvide la causa de nuestra amargura y deje de pensar y darle vueltas, también conocido como “rayarse”. Son momentos en que quizás la soledad nos guste (mi primera entrada habla de ello). Son momentos algunos esperados u otros inesperados, dependiendo de las circunstancias, pero en casi todos aparecen preguntas como ¿Por qué? ¿Por qué a mí?¿Que he hecho para merecerlo? O un sinfín de preguntas, al igual que afirmaciones tales como “no veo el final de este túnel de oscuridad”, “no tengo fuerzas” y demás expresiones que nos vienen a la cabeza. Son momentos delicados en los que estamos muy sensibles y que a la mínima que nos dicen algo saltamos (a veces de malas formas), tengamos o no razón, pero lo peor es que lo acabamos pagando con la gente que nos rodea y nos quiere. Y que a pesar de que estas personas (o persona, depende si es una pareja, familia, amigos…) no tienen culpa de nada y solo intentan que seamos felices, estamos cegados por la tristeza y no vemos lo que hacen por nosotros y si lo vemos no queremos verlo o valorarlo.

Este es uno de los motivos por los que debemos sonreír, porque todas estas personas no se merecen pasarlo mal por nosotros, y se merecen que nosotros sonriamos y les demostremos que son lo más importante que hay y agradezcamos todas y cada una de las pequeñas acciones o palabras que puedan hacer o decir para que desaparezca nuestra triste amargura y seamos felices pase lo que pase.

Pero además es en estos momentos cuando las fuerzas no nos pueden fallar aunque nosotros pensemos que no las tenemos que no vamos a superar la situación, siempre hay algún motivo para sacar las fuerzas necesarias y vencer la tristeza para así pasar de una triste y decaída expresión L a una gran y esplendida sonrisa J :D. Porque ya dicen que al mal tiempo, buena cara. Aunque la vida nos lo ponga difícil nunca, nunca, nunca… debemos rendirnos sino al contrario mostrar nuestra mejor cara y demostrarle a la vida que estamos ahí y que por muchas trabas que nos pueda poner, seguiremos adelante para cumplir nuestros sueños, objetivos o retos. Si le sonreímos al final la vida nos acabara sonriendo el doble porque cuando la vida no te sonríe, sonríele tu a ella, cuando la vida no te de fuerzas, dáselas y anímala tú, porque la vida acabara sonriéndote y recompensando todo tu esfuerzo.

Así que debemos de aprender de los bebes, que por muchas veces que caigan al suelo, por mucho daño que se hagan o por muchos lloros que tengan, ellos se levantan todas y cada una de las veces hasta que aprenden, y acaban sacando a relucir su preciosa sonrisa que se contagia y hace sonreír a cualquiera.

Así que para algo que es gratis en la vida…¡¡ SONRÍE!! No dejes de hacerlo, porque aunque no puedas y sin darte cuenta alguien te lo agradecerá siempre, y con una pequeña sonrisa puedas alegrar o hacer sonreír a alguien. No hay cosa más bonita q el brillo de una sonrisa.

Por eso pase lo que pase ¡SONRÍE! Porque nada brilla más que una sonrisa en la oscuridad! Sonríele a la vida y ella te sonreirá el doble. Y…

 GRITA AL CIELO…
                                                                              ¡¡¡ SOY Y SERÉ FELIZ!!!   

7 de mayo de 2012

Arriba, Adelante; Mira al frente...


Estas palabras hace como un mes que las escribí, a mi me sirvieron, me sirven y me servirán para siempre. Por si alguien tiene un mal momento, espero que le sirvan de animo :). Por cierto, si alguien que le guste la música le encuentra sonido que me lo diga y hacemos tratos jajajaja

Adelante, mira al frente que la vida sigue...
Adelante, mira al frente alégrate de nuevo
Adelante, mira al frente nunca desfallezcas
Adelante, mira al frente no hay dolor insuperable
Adelante, mira al frente que de todo se aprende
Adelante, mira al frente nunca pierdas la alegría
Adelante, mira al frente descubre tu mundo

Animo, que la vida continúa, Animo

Adelante, mira al frente, levántate y sonríe
Adelante, mira al frente, hazlo por los que te quieren
Adelante, mira al frente, que el mundo no se acaba
Adelante, mira al frente no cambies por nada
Adelante, mira al frente no es fácil pero tampoco imposible
Adelante, mira al frente Don't worry and Be happy

Animo que la vida continúa, Animo

Adelante, mira al frente porque la vida te sorprende
Adelante, mira al frente que la vida está llena de sorpresas
Adelante, mira al frente que cuando menos te lo esperas, te alegran la vida

Adelante.... Adelante.... Adelante....

5 de mayo de 2012

¿Errores? Aprender de ellos


En esta vida todos nos equivocamos, más o menos, esto ya depende de cada uno y sobre todo de las circunstancias o situaciones que vivimos en cada día. Yo mismo, no soy perfecto (ni quiero serlo), y me equivoco y mucho (quizás más que nadie) y a lo mejor todos los días pueda cometer errores, pero eso si intento aprender de todos y cada uno de ellos para no caer en los mismos.

Porque en esta vida para aprender hay que caer y equivocarse, pero hay que aprender de cada caída o error. En la caída hay que sacar fuerzas de donde sea y levantarse para seguir afrontando cada uno de los obstáculos del camino e ir aprendiendo de cada caída para no tropezar en la misma piedra, aunque ya se sabe que somos los únicos que tropezamos dos o más veces en la misma piedra, aunque, a veces, quizás vale mucho la pena. Puede ser que nos paren la zancadilla y caigamos o que nosotros mismos tropecemos solos. Pero los errores, aunque depende mucho de las circunstancias o situación en que se produzcan, suelen ser propios y no provocados porque cuando se equivoca uno, no lo hace el vecino (aunque algunos intenten verlo así o que así sea) sino uno mismo.

En esta vida podemos encontrar y cometer muchos errores y de diferentes tipos, algunos porque queremos por las circunstancias que sean y otros porque a lo mejor son inevitables. Algunos de ellos los cometemos por no pararse a pensar muchas veces en que hemos hecho, estamos haciendo o vamos a hacer. Otros porque quizás nos enfrentamos a nuevas situaciones para nosotros y no sabemos cómo hacerles frente, o simplemente tenemos miedo y no sabemos cómo actuar, como reaccionar ante estas situaciones. En otras ocasiones, también podemos cometer errores por no crear conflictos o porque pensamos que estamos actuando bien, o simplemente, porque queremos actuar así. Por eso debemos aprender de los errores, para una vez superados, no volver a caer en los mismos aunque también es verdad que alguna vez sean inevitables por su situación, pero la mayoría tienen solución y aprender de todos ellos es la mejor manera de seguir mejorando en el día a día, de seguir creciendo como personas y saber poco a poco afrontar las nuevas situaciones que nos pone delante la vida y cada vez cometer menos errores o intentar no hacer los mismos.

Además esta vida es tan “puñetera” que muchos errores los cometemos contra las personas que más queremos y nos quieren, aunque es lo más fácil a la vez, ya que son ellas las que nos rodean en el día a día, con las que compartimos nuestro tiempo, nuestros días, y con las que vivimos muchísimas situaciones, muchas de ellas nuevas, y nos acompañan en el camino de la vida. Por este motivo también debemos aprender de los errores, para intentar no volver a dañar a las personas que queremos y que sobre todo nos quieren, porque no hay peor dolor que ver a un ser querido sufrir por nuestros errores.

También podemos cometer otros errores cuando a lo mejor hacemos o no hacemos algo, decimos o no decimos algo, y luego con el paso del tiempo nos damos cuenta que en su momento lo hicimos por algo que valía la pena, pero que a lo mejor no lo volveríamos a hacer por las causas que sean. En cierta medida no son errores porque son decisiones, que en su momento estaban bien, y porque una decisión u otra solo nos afectaba a nosotros mismos pero por otra parte los podemos considerar errores porque quizás no volveríamos a tomar las mismas decisiones porque, o bien, te das cuenta que no valían la pena, o porque lo hubieras hecho de otra forma o simplemente porque te das cuenta que tendrías que haber tomado otras decisiones para no dejar un poco de lado algunas cosas. Lo malo de estos errores es que no te das cuenta de ellos en su momento sino cuando pasa el tiempo o tienes nuevas situaciones o circunstancias en tu vida y reflexionas sobre tus acciones o decisiones tomadas. Pero ante todo de eso se trata de reflexionar y aprender de los errores.

Por todos estos y más motivos, hay que saber aprender de nuestros fallos para así no volver a cometerlos e incluso aprender de los errores de los demás para no cometerlos nosotros porque nunca sabemos qué situación podemos encontrarnos el día de mañana, y si podemos evitar ciertas cosas que mejor manera de hacerlo que aprendiendo día a día de la vida y disfrutando de cada una de las hermosas flores que brillan bajo el sol de cada mañana y florecen a nuestro lado bajo el manto del cariño, la amistad, la confianza, el afecto y los buenos propósitos.

4 de mayo de 2012

Día a Día


El día a día hay que vivirlo, hay que disfrutarlo. Todos los días, por desgracia, no son los mejores por unas circunstancias u otras, siempre hay días mejores y días peores. Pero pase lo que pase debemos demostrar, sobre todo a las personas que nos quieren y queremos, que queremos seguir viviendo más días junto a ellos.

Para demostrarlo no valen simples palabras porque las palabras se las lleva el viento. Aunque la realidad no se puede negar, y muchas veces con unas palabras ya nos sentimos satisfechos porque a lo mejor nos dicen lo que queremos oír en ese momento, o simplemente, porque hay personas que sus palabras tienen el mismo valor que sus hechos, porque aunque pase un huracán, la firmeza de sus palabras permanece intacta, pero esas no son las más abundantes. Para que las palabras tengan el valor necesario muchas veces deben ir acompañadas de hechos porque hablar, decir un pensamiento, o un sentimiento es muy fácil, solo hay que mover unos músculos y emitir sonidos o gesticular (al fin y al cabo lo que queremos decir es lo mismo), pero demostrar esas palabras es lo realmente complicado. ¿ Cuántas veces nos dicen “yo no te fallare”,”estaré siempre que lo necesites”, “…” (Cualquier frase que queramos imaginar desde una amistad a una pareja)? ¿Cuántas veces acaban cumpliéndose o no estas palabras? La respuesta a esta última pregunta también puede tener un factor suerte, como es la suerte que hayamos tenido de encontrar a personas que nos rodeen en el día a día y que sus palabras sean como hechos. Y quizás lo que un día se dice con palabras, al día siguiente puede ser lo contrario. Por eso las palabras hay que acompañarlas con hechos.

Los hechos se quedan grabados, son como verdades y tienen que acompañar a las palabras en el día a día, demostrando las cosas en el día a día y no solo cuando nos interese, o cuando estemos en un apuro y lo necesitemos, o cuando vemos a una persona cabreada y entonces nos damos cuenta, o un sinfín de situaciones. Muchas veces el hecho o detalle más pequeño que nos podamos imaginar es suficiente y vale mucho más de lo que pensamos, porque a menudo los pequeños detalles son los que demuestran lo que nos importan las personas en el día a día, y estos detalles son los que nos hacen grandes.

Y nunca hay que olvidar a todas esas personas que nos rodean en el día a día y que nos los llenan de pequeños detalles, porque esas personas son las que nos hacen felices y las que dan sentido a nuestras vidas, por eso mismo no hay mejor manera de demostrar y agradecer a todas esas personas con palabras acompañadas de hechos que no queremos que dejen nuestro día a día. Aprovechare para agradecer toda esa gente que en algún momento de mi vida ha compartido mi día a día haciéndome muy feliz y que lo siguen haciendo, porque soy lo que soy gracias a todos vosotros.

El valor de los hechos es como el oro, cada vez se revalorizan más y tienen más peso a la hora de demostrar las cosas, como lo que siente uno. Cuanto más valor tienen, nadie podrá contradecirlos porque serán como verdades.

El día a día hay que disfrutarlo porque quizás nos ocurran cosas que nunca más vuelvan a ocurrir (aunque la vida es “larga” y da muchas vueltas), así que no puedo negar la realidad y hay que vivir el día a día con intensidad, con fuerzas y ganas de aprender, disfrutar, gozar… pero yo creo que hay que hacerlo mirando de reojo con un ojo al pasado para aprender de los errores e intentar no caer en los mismos, y con el otro mirando de reojo al futuro para no cometer errores que nos puedan amargar todos esos momentos que vendrán. 

1 de mayo de 2012

No pierdas la cabeza


La vida está llena de muchos momentos, momentos alegres y tristes, dulces (como las palomitas ;) ) y amargos, buenos y malos… momentos muchos de ellos en los que nos guiamos por el corazón, en los que hacemos lo que este nos dicta o lo que sentimos. Momentos en los que estamos cegados por la venda roja del corazón, en la que solo importan los sentimientos, lo demás todo da igual, o mejor dicho, queremos creer que todo lo demás no importa porque no queremos pensar en nada mas que no sea expresado por el corazón.

Pero en esta vida no solo nos guía el corazón, también existe la razón (Facultad de discurrir). La cual, por así decirlo, se encuentra en el centro de control de nuestro ser, la cabeza. La cual a veces desearíamos que no existiera y así no pensar en nada, y hacer solo lo que queramos con el corazón. Pero por suerte o por desgracia, yo más bien creo que por suerte existe.

Los motivos de esta opinión son muy fáciles de entender. Cuando actuamos con el corazón sin pensar, muchas veces no nos paramos a reflexionar sobre las consecuencias que nuestros actos o palabras pueden llegar a generar, y uno puede pensar que si las consecuencias son buenas que mas da… pero yo digo ¿y si no son buenas qué? Porque ojala esta vida solo estuviera llena de momentos increíbles e inolvidables… pero por desgracia esto no es así. Porque al actuar con el corazón quizás estemos seguros de que hacemos lo correcto, que nada malo puede pasar, pero una vez hemos actuado quizás de lo que tan seguros estábamos, se ha convertido en lo contrario, y de nada malo puede pasar cambiemos a ¿habré hecho algo bien? (nos digamos: yo creía que todo era correcto). Por eso mismo antes de actuar, hay que pensar, reflexionar sobre lo que vamos a hacer y intentar pensar en todas las posibilidades que nuestros actos puedan generar y así ante cualquier circunstancia estar preparados para afrontarla y poder responder a cualquier momento o situación.

Se puede pensar que estoy opinando que corazón y razón van por separado, que se contradicen, pero no, no es lo que quiero decir. Lo que quiero decir es que el corazón y la razón (cabeza) tienen que ir juntos, tienen que compenetrarse. Sé que esto es difícil en ciertos momentos, y yo mismo habré actuado con el corazón y sin la cabeza, pero la experiencia me dice que se puede y debe actuar con el corazón pero sin olvidar la razón, porque también nos podemos enfrentar a situaciones en las que nos han herido el corazón (simplemente una persona que apreciemos, un amigo, que nos importe), y en estas situaciones son en las que no hay que perder la cabeza, hay que intentar mantenerla fría para así, aunque estemos heridos, poder reflexionar y pensar sobre lo que haya pasado, o saber qué hacer para afrontar la situación.

Además en muchos momentos en los que uno tiene razón, no se puede perder la cabeza, porque en el momento que lo hagamos quizás nuestros actos sean peores y dejemos de tener la razón, y con la perdida de la razón se pueden perder muchísimas más cosas, empezando por la educación, y ante todo somos personas, y como tales seres racionales, así ya que la vida nos ha regalado la facultad de poder pensar, reflexionar, guiarnos por la razón… aprovechémosla y no la perdamos, y así no nos convertiremos en animales solamente guiados por instinto que cuando son dañados solo se mueven por la rabia y el dolor.

Yo pienso y creo que muchos momentos o situaciones que no son agradables, se pueden resolver parándose a pensar tan solo 5 minutos (o incluso menos), a reflexionar, y después (dependiendo la situación por supuesto) quizás digamos “Si es una tontería”. Por eso opino que ante todo nunca, nunca debemos perder la cabeza, y sobre todo los valores que nos definen como personas, como seres racionales, como son la educación y respeto entre muchos otros.